La intérprete de lengua de signos podría definirse como la profesional competente en la lengua de signos y la lengua oral de un entorno, capaz de interpretar los mensajes emitidos en una de esas lenguas a su equivalente en la otra, de forma eficaz y simultánea. La principal función es igualar la situación de comunicación entre las personas sordas usuarias de la lengua de signos y las personas no competentes en la misma. Es un puente de comunicación entre ambas lenguas y culturas.
En el desempeño de su actividad se rige bajo un código deontológico creado por la Federación de Intérpretes de Lengua de Signos Española –FILSE– que tiene como pilares fundamentales la neutralidad, la fidelidad y confidencialidad.
La presencia de la figura profesional de la intérprete de lengua de signos es necesaria en cualquier situación en la que existan barreras de comunicación.